El golpe (1973)

Año: 1973
País: Estados Unidos
Dirección: George Roy Hill
Reparto: Paul Newman, Robert Redford, Robert Shaw
Productora: Universal Pictures
Ficha doblaje: Ficha de El Golpe

Johnny Hooker es un estafador que junto a su compañero veterano Luther Coleman consigue un importante botín con el timo de la estampita. Con las ganancias Luther decide retirarse y sugiere a Hooker que busque a Henry Gondorff para que le enseñe el gran golpe. Por desgracia, la víctima de su golpe era un mensajero de uno de los jefes del crímen más importantes de Illinois, Lonnegan, y Luther es asesinado.

Hooker encuentra a Gondorff y, pese a que al principio se muestra reticente, acepta su ayuda y prepara un gran plan para vengarse de Lonnegan. Con la ayuda de expertos en estafa, consiguen acercarse a Lonnegan en una partida de poker privada, ganarle 15.000 dólares y preparar un gran plan creando una falsa casa de apuestas de carreras de caballo.

El golpe es una historia de engaño y estafa en el que sutilmente se rompe la cuarta barrera y también atrapa al espectador. Decir más al respecto sería entrar en los spoilers y arruinar la película, pero basta con decir que es el punto más positivo de la película.

No podía ser de otro modo que una película protagonizada por dos grandes de la industria como Robert Redford y Paul Newman estos sean los grandes focos y sus personajes sean los mejores. Y no solo porque sean grandísimos actores, sino porque el guion también les da el impulso para hacer probablemente uno de los mejores papeles de su carrera. Un guion muy bien estructurado cuyas historias secundarias encajan y fluyen de forma muy natural.

En el otro lado del protagonismo está un impecable Robert Saw, cuya interpretación nos da un buen ejemplo de cómo ser malo, pero a la vez ceder un poco de espacio para la simpatía del espectador ante el plan que se urde contra él. Saw y su pandilla nos dejarán en varios momentos el corazón en un puño con su implacable brutalidad.

El apoyo de la estética de los años treinta ayuda al buen fluir de la cinta. Desde el vestuario de los personajes hasta los decorados nos hacen sentir que realmente se rodó en aquella década. Por supuesto hay que hacer mención especial a la banda sonora, un clásico sin precedentes cuyo piano nos pone en situación y acompaña a la ambientación. Y como si fuera necesario dar más sensación de años treinta, los cambios de secuencia vienen con cortinillas típicas de la época. Todo ello consigue hacernos sentir cierta morriña por una década en la que nunca vivimos.

Un clásico del cine del género de atracos muy divertido y espectacular. Engancha desde el minuto uno y nos deja con la boca abierta y con un gran amor por el séptimo arte.

LO MEJOR: